PRÁCTICAS DEL LENGUAJE: 6º GRADO

Trabajamos  con el cuento “A la deriva”, de Horacio Quiroga. Se realizó lectura, comprensión lectora, y  una  puesta en común con gran interés por parte de los alumnos por comentar su contenido. Les resultó asombrosa la biografía del autor, fue muy comentada la vida del mismo y se interesaron en buscar mucha información y traer libros del escritor para mostrarlos en clase. Pidieron leer otro cuento de él, pero, preferí mostrar otro tipo de escrito literario. Conocieron a Julio Cortázar, el  cuento elegido fue:

“Final del juego”. Los alumnos quedaron fascinados, encantados, no podían creer haber leído un texto de ese nivel. La comprensión se construyó entre todos, el texto permitió abordar los juegos durante las siestas, quiénes eran los mejores amigos de cada quién, si hoy se podría jugar en un terraplén como el descripto por el autor, y por qué no. Ello permitió el análisis de un aspecto de la vida de hoy: LA SEGURIDAD. El cuento trabajado posibilitó escribir una carta imaginaria en la cual cada uno tuvo que ponerse en la piel de uno de los personajes, y ellos mismos se asombraron de sus propias escrituras, de los posicionamientos elegidos.

El tercer  autor leído fue Benito Lynch, con su entrañable “El potrillo roano”. No lo conocían, un autor hasta sonoramente desconocido  a diferencia de Quiroga y Cortázar. Si bien no habían leído ningún cuento de los autores anteriores, les parecía haberlos escuchado en algún momento… Por distintos motivos, los tres cuentos los entusiasmaron.

El paisaje en todos juega un papel fundamental que se analizó en relación a la trama, los conflictos de cada cuento eran disímiles entre sí y ello permitió el abordaje de lo común y lo diferente en los nudos narrativos, las resoluciones también se diferenciaron en positiva, negativa y abierta según cada quien.   Y a todo ese exhaustivo trabajó se agregó la necesidad de ser uno con los personajes, identificarse o no, pero tener que comprender los sentimientos latentes o expresos manifestados en la obra. ¡TODO UN TRABAJO!

Realmente fue una felicidad profesional, observarlos disfrutar tanto de autores de la talla de Cortázar, Quiroga y Lynch y constatar una vez más, que a pesar de todo lo que se dice sobre los chicos y la televisión, la buena literatura, siempre convoca.                                                                       
                                                                                         
Fabiana Sáenz